En los casi diez años que llevo trabajando en el rubro del libro, muchas veces he intentado “meterme en la cabeza” de la gente que visita nuestras librerías BROS, para lograr definir de la mejor forma qué recomendarles.
Una de las preguntas que más me hago es ¿qué buscan?, es decir, qué quieren encontrar o lograr con la lectura de uno u otro libro: aprender, reflexionar, entretenerse, ayuda, compañía, expandir la mente, reafirmar puntos de vista, conocer otros puntos de vista, y un gran etc.
Y es justamente esta pregunta sobre lo que me gustaría reflexionar – y compartir mi opinión y conclusiones basadas en mi experiencia- en esta primera publicación.
Una de las cosas más importantes que he aprendido, y que hemos ido adoptando como política y ADN de nuestras librerías BROS, es que cada persona es una realidad totalmente única e incomparable.
Suena obvio, incluso cliché, pero llevado a la práctica no lo es tanto.
Cuando tienes un stock de más de 30 mil libros, y estás buscando el o los títulos más interesantes para la persona que tienes al frente, tu mente opera de forma tal que optimiza el uso de recursos (energía en este caso) y tiende a irse a lo estadísticamente correcto – el camino corto podríamos decir- y es aquí donde hay que tener cuidado.
Volvamos a la pregunta inicial: ¿por qué leemos?
La respuesta a esa pregunta, repito, LA respuesta a esa pregunta, no creo que exista. Mejor dicho, no hay una respuesta única por cada persona.
Leemos por muchas razones, pero no solo eso, leemos por distintas razones según el momento que estamos viviendo, las preguntas que nos estamos haciendo o la búsqueda que estamos realizando. La lectura no responde necesariamente a un fin u objetivo, mucho menos existen “buenas” o “malas” razones para leer.
Lo interesante de esto es que si entendemos realmente que cada uno de nosotros puede acercarse a los libros por las razones que prefiera o que más sentido nos hagan, se nos abre un inmenso abanico de alternativas. Alternativas que van desde los distintos tipos de libros (novelas, ensayos, biografías, poesía, filosofía, historia, etc.), autoras y autores, nacionalidades y culturas, incluso formatos (papel, digital y/o audio libro) e idiomas.
De nuevo, puede sonar evidente. Pero ¿lo es realmente para todos?
Yo creo que no lo es. Por eso es que quise partir este blog remarcando la inmensidad de contenidos que ofrecen los libros y la casi certeza que tengo de que existe al menos un (y probablemente mucho más que uno) libro capaz de cautivar cada uno de nuestros gustos o intereses.
La pregunta ahora entonces debiese ser, ¿existen realmente personas a las que no les gusta leer?
un libro que nos invita a reflexionar sobre esta pregunta: EL INCREÍBLE NIÑO COME LIBROS, de Oliver Jeffers
Fabio Costa Caimi, El Librero