¿El libro o la película?

Está claro que este es un debate bastante recurrente, pero la verdad es que para mi no hay duda. En casi todos los casos en que he tenido acceso a ambos, he preferido el libro.

Y creo que es una elección sensata y relativamente fácil de explicar que tiene que ver con el nivel de descripción, la posibilidad de imaginarse los personajes y el entorno como a uno le plazca, y otras tantas razones que cada uno pueda tener. Pero que el libro sea mejor (o peor) que su película no necesariamente significa que la película es mala, por supuesto que no. 

Lo que quiero dejar planteado, tal vez porque además de los libros me gustan mucho las películas, es que diferentes expresiones artísticas no deban ser comparadas, sino que medidas y disfrutadas por sus propias virtudes.

Analizar una película es algo muy complejo e interesante, sobre todo porque la primera se compone de infinitos detalles que deben ser rigurosamente cuidados, ensayados y ejecutados en cada toma, algo que en el libro va a depender más bien del detallismo de quien escribe y de la imaginación de quien lee.

No quiero –por ningún motivo– terminar con el debate sobre "qué es mejor...", ya que sin duda es entretenido como tópico de conversación (y peleas), sino que mi intención es más bien invitar al goce, al disfrute de cada obra viéndola según sus propios méritos y realidad, y no desde un punto fijo desde el cual sólo podemos gozar de una alternativa.

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Fabio Costa Caimi, El Librero.

 

Y bueno, alguien que sabe mucho de ésta mezcla es el gran Gonzalo Frías, que tiene una sección recomendada en nuestra web, visítala en el siguiente link.

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