Este ha sido un año muy extraño, de eso no hay duda.
Más adelante podremos mirar hacia atrás y analizar lo bueno, lo malo, lo lindo y lo feo. Sacar conclusiones, enseñanzas, pero por ahora no tenemos otra alternativa más que adaptarnos y sacar lo mejor del extraño momento que estamos viviendo.
El "mundo libro" por supuesto no está exento de los vaivenes de los tiempos actuales, obligándonos a modificar aspectos que creíamos inamovibles de nuestra realidad. Un reflejo muy interesante de esto, y sobre lo cual me gustaría compartir una pequeña reflexión, son las Ferias del Libro que poco a poco están volviendo a realizarse al rededor del mundo.
Por ahora es imposible que estas tradicionales Ferias se realicen como se han venido haciendo por años (grandes espacios repletos de gente), por motivos obvios... pero eso no ha impedido que muchas de ellas estén volviendo de a poco anunciando sus nuevas versiones "totalmente en línea", muy acorde a los tiempos que vivimos.
Va a ser extraño. Incluso hay quienes lo miran con algo de desprecio o sin mucha fe en que realmente funcionen o cumplan su objetivo (interesante para una columna futura poder reflexionar sobre el "objetivo" real de estas ferias), pero yo, que trato siempre de buscarle lo positivo incluso a las cosas más raras o malas, creo que va a ser toda una aventura esta nueva modalidad de ferias.
Estamos claros que perder la oportunidad de ese roce será lamentable. Roce con colegas, autores/as, otra gente apasionada por los libros y –sobre todo– con las autoras y autores que visitan estas ferias.
Pero por otro lado, además de abrirse la posibilidad de "asistir" a cualquier feria, en cualquier parte del mundo, ver presentaciones de autoras y autores que tal vez jamás podríamos ver de no ser por estos cambios de paradigmas, de abrirle la posibilidad a muchísima gente a conectarse con estas iniciativas culturales, no me parece tan malo el cambio, ¿o sí?
He tenido la oportunidad de ir a varias ferias en varios países, y creo que son una gran oportunidad de difusión cultural (además de ser muy entretenidas y una gran excusa para viajar), pero debo reconocer que no me quejo al respecto de tener la posibilidad de poder conectarme con Guadalajara, Bologna, Frankfurt, Buenos Aires, Barcelona, etc. desde la comodidad de mi casa, ahorrándome un montón de recursos. No voy a poder llenar una maleta con libros autografiados (probablemente lo que más me da pena) pero sí voy a llenarme de información, ideas y sin duda las oportunidades las voy a poder buscar igual que si fuera a la feria "a la antigua" (tal vez no igual, pero de que hay oportunidades seguro las hay).
Creo que lo que quiero decir es que "al mal tiempo buena cara", y que la oportunidad de hacer muchísimo más masivas estas instancias es real y con un potencial enorme, pero para eso –además de un buen trabajo de difusión por parte de las respectivas organizaciones– se requiere un público interesado y motivado por aprovechar lo que tenemos a mano, más que uno que no se adapta y sufre por lo que se va a perder este año (y quién sabe cuántos años más).
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Fabio Costa Caimi, El Librero.